
He podido visitar el proyecto “Biocombustible para Galápagos”, en Portoviejo, la capital de la provincia costeña Manabí. En este proyecto se reúnen los esfuerzos del Ministerio de Electricidad y Energías Renovables y de la GIZ, para satisfacer la demanda de electricidad de las Islas Galápagos, sin poner en riesgo la biodiversidad marina y terrestre de este archipiélago fabuloso. Por eso, hacen funcionar a generadores de electricidad en Galápagos con el aceite vegetal puro de la nuez de piñón, en vez de utilizar un combustible fósil contaminante. Todo el aceite de piñón proviene de la zona rural de Manabí y la producción se desarrolla bajo múltiples criterios ecológicos, económicos y sociales. Con el técnico del proyecto, recorrimos casi todo el campo manabita, y la apertura de la mayoría de las personas en las comunidades, invitándonos a comer y a beber, por ejemplo, me fascinó.
Los aprendizajes de la pasantía no se limitan solamente al trabajo del proyecto. Vivir en otra parte de Ecuador permite de obtener una visión más amplia de este país que se caracteriza por su mega diversidad, no solamente natural pero también cultural. En la costa, descubrí a un clima (yo estaba sudando día y noche), a paisajes, a costumbres, a mentalidades, a comidas y a bebidas diferentes de la sierra.
Finalmente, trabajar directamente en un proyecto de la GIZ también puede motivar al voluntario de ejercer un puesto en el área de la cooperación, en su vida profesional futura. Lo agradezco bastantísimo a Sigvol y a la GIZ de ofrecernos la posibilidad de realizar una pasantía y espero que los voluntarios del próximo año, también puedan beneficiar de esta experiencia.
Un abrazo para todos
Lennart Nikolei, voluntario Weltwärts con la GIZ en ADIN, Ibarra