lunes, 14 de febrero de 2011

Mi voluntariado en Ecuador


Me lancé a la aventura sin saber que implicaría. Incapaz de prever lo que cambiaría ese año en mi vida y en la de los demás. Hubo quienes me querían convencer que a los demás no les afectaría de ninguna manera. Hubo otros que me apoyaron con un idealismo adorable, pero inocente. Al fin llegué a experimentar la realidad o sea mi realidad muy individual del voluntariado. Y mi realidad fue superior a las expectativas más altas que me había creado. Fue el voluntariado de compartir. Me permite compartir momentos muy bonitos y otros no tan bonitos, momentos alegres y tristes, impulsivos y pensativos. Es compartir realidades y opiniones parecidas y contradictorias. Es llegar a conclusiones que reflejan e incluyen las experiencias de dos realidades extremadamente diferentes. Eso me parece algo tan valioso e importante que las experiencias vividas me quitaron hasta la última duda de que este voluntariado no sea justificado. Mi proyecto ha sido un hermoso espacio para todos los niños que desean dedicarse seriamente a la música. Así vienen niños de toda condición familiar. Aparte de la capacitación profesional (sacando un título reconocido como músico) implica CEDEMUSICA la oportunidad de ser niño – nada más y nada menos – liberándose de las cargas familiares y desarrollándose lejos de las barreras y amarguras habituales. A través de la música compartimos alegría y estimación. Y lo más enriquecedor para los niños es probablemente que aprenden una profesión que les permite expresar y contar sus sentimientos y experiencias en la música. Estos sueños unen a la “familia” de CEDEMUSICA y marcan el trabajo realizado en el proyecto. El segundo componente de mi vida como voluntaria es la vida familiar que incluye muchísimos ingredientes muy ecuatorianos. La vida loca se compone de momentos molestosisimos tanto como momentos tranquilos en los cuales se conversan y compran las formas de vivir y otras interculturalidades que saben hacernos asombrar, reír y asimismo pensar en las costumbres y características propias de la cultura. Resulta que mi voluntariado ha sido un aprendizaje profundo que ojalá haga efecto en algunas vidas aparte de la mía que para siempre queda llena de las impresiones de este bello país. Por Mailin Look, voluntaria weltwärts con la GIZ - Ecuador en CEDEMUSICA, Ambato

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